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terça-feira, 26 de julho de 2011

Novo Número da RBSE - Revista Brasileira de Sociologia da Emoção, v. 10, n. 29, de Agosto de 2011

CONVITE!
       
Convidamos aos amigos visitarem o último número da RBSE – Revista Brasileira de Sociologiada Emoção, v. 10, n. 29, de agosto de 2011 - ISSN 1676-8965. A RBSE é uma revista eletrônica de acesso gratuito do GREM – Grupo de Pesquisa em Antropologia e Sociologia das Emoções. A RBSE pode ser encontrada no seguinte endereço eletrônico: http://www.cchla.ufpb.br/rbse/.

Este número conta com a colaboração de Mauro Guilherme Pinheiro Koury; Daniele Ellery Mourão; Marcela Zamboni Maria Carolina de Araujo Antonio; Thaïs Machado Borges; Alexandre Paz Almeida; Emile Durkheim; Gabriel Tarde; Sandra Siqueira da Silva.


Cordialmente,
       
Prof. Dr. Mauro Koury
Editor
       

INVITATION!
       
We invite the friends to visit the last number of the RBSE - Brazilian Journal of Sociology of Emotion, v. 10, n. 29, August of 2011 - ISSN 1676-8965. The RBSE is an electronic journal of free access of the GREM - Group of Research in Anthropology and Sociology of Emotions. The RBSE can be found in the following electronic address: http://www.cchla.ufpb.br/rbse/ .

This issues has contributions of Mauro Guilherme Pinheiro Koury; Daniele Ellery Mourão; Marcela Zamboni Maria Carolina de Araujo Antonio; Thaïs Machado Borges; Alexandre Paz Almeida; Emile Durkheim; Gabriel Tarde; Sandra Siqueira da Silva.

       
Cordially,
      
Prof. Dr. Mauro Koury
The Editor

Novo Número RBSE

Novo artigo do Prof. Mauro Koury:


KOURY, Mauro Guilherme Pinheiro. “Pertencimento, Fronteiras e Estranhamento: sobre a noção de sujeira”. RBSE 10 (29): 218 a 254, ISSN 1676-8965, Agosto de 2011. 
Ver também a apresentação e tradução do debate entre Émile Durkheim e Gabriel Tarde sobre as ciências sociais [sociologia]:


DURKHEIM, Émile et TARDE, Gabriel. A sociologia e as ciências sociais. [Apresentação e Tradução de Mauro Guilherme Pinheiro Koury]. RBSE 10 (29): 363-369, ISSN 1676-8965, Agosto de 2011.

domingo, 24 de julho de 2011

Entrevista de Adrián Scribano no jornal argentino Clarin

Entrevista de Adrián Scribano a Claudio Martyniuk, publicado no jornal argentino clarin.com, suplemento: Zona de Domingo 24.07.2011

 “Las emociones están colonizadas por el mercado, pero hay salidas posibles”



¿Cómo vivir hoy el amor y la fraternidad en sociedades tan entrenadas en controlar cuerpos y sentimientos? Hay que saber buscar los intersticios por donde se cuelan la libertad y la plenitud.
El cuerpo -geografía exuberante, casa y campanario- se halla sobre poblado de imposiciones sociales que lo colonizan, a veces para exhibirlo, otras para ocultarlo. Pero aún así, son posibles la intensidad y la aventura, la pasión amorosa y la poesía de la emoción. Así lo explica el sociólogo Adrián Scribano, director de la “Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad”, que también advierte sobre los dispositivos de “secuestro” de los cuerpos, es decir, sobre todos los mecanismos sociales que lo condicionan, a la vez que controlan o censuran sus emociones.
¿Por qué un sociólogo pone el foco de atención en el cuerpo y las emociones? Porque la sociedad, la economía, la política y la ciencia trabajan sobre los cuerpos y las emociones. El humor social, las sensaciones políticas, las felicidades compradas en cuotas y la capacidad humana de hacer y rehacer la trama biológica de los seres humanos son un ejemplo de ello. Pero además, porque los cuerpos son el lugar de la conflictividad por donde pasa buena parte de los antagonismos contemporáneos. Si uno mira desde aquí, es posible observar la constitución de una moral, de unos modos de sensibilidades, prácticas y representaciones que ponen en palabras la dominación social. El olvido simulado de los cuerpos y las emociones como objeto de estudio es solidario con su centralidad en las formas sociales de decir qué está “bien” y “mal”, justo antes de que comiencen los discursos. En el siglo XXI, por los cuerpos y las emociones pasa una decisión básica: autonomía o dependencia.
Las sensaciones son personales. ¿Cómo se vinculan con la sociedad? Las emociones son individuales, pero están construidas socialmente. El cuerpo y las sensaciones constituyen nuestra primera conexión con el mundo. Lo que sabemos del mundo lo sabemos por y a través de nuestros cuerpos y sensaciones. También dan una pista para comprender de qué estamos hechos socialmente hablando, ya que se elaboran mecanismos de soportabilidad social y dispositivos de regulación de las sensaciones que naturalizan las condiciones de existencia de las personas.
¿Por qué suele decir que estamos expuestos a secuestros corporales? La idea de secuestro corporal y emocional es sencilla, pues opera con lo elemental de todo secuestro: yo no le devuelvo su capacidad de gestionar su cuerpo autónomamente hasta que usted no pague el rescate. Los psiquiátricos y las cárceles, en algún momento del desarrollo del capitalismo, cumplieron con ese rol. A los desviados se los encerraba y si no podían comprobar que ya no eran desviados se los mantenía encerrados. En estos años del siglo XXI, las personas somos objetos de secuestros corporales y experienciales permanentemente. Somos rehenes de lo que compramos y de la satisfacción que ello nos da. Somos rehenes de los objetos y de los procesos sociales que usan de escudo a los seres humanos. Los que menos tienen, para recibir deben pagar la condición de desahuciados y ser meritocráticamente el buen pobre que sabe agradecer, es decir, ser objetos del solidarismo.
¿Por qué habría que cuestionar el solidarismo? En realidad, habría que pensar qué pasa cuando la reciprocidad, la justicia y la equidad se suplantan por mecanismos de compensación individual. El solidarismo es un mecanismo por el cual el principal beneficiado es el donante. Su conmiseración, su don de gente lo hacen mejor al dar. Pero el acto queda absorbido por un proceso de ocultamiento del por qué y cómo es que el que recibe está en esa situación. El solidarismo profundiza en el que recibe su estado permanente de falta: algo no lo hace un humano completo y por eso es un objeto para la acción de un otro casi mágico. El solidarismo borra los rastros de que frente a un problema colectivo es el Estado el que debe actuar; naturaliza el “que sufran menos”.
¿Cómo se puede ser uno mismo entre tanta imposición estructural, mediática, institucional? La respuesta es a primera vista algo contradictoria con lo que venimos hablando: ser uno mismo emerge siempre, porque de eso están hechas la vida y las batallas contra una dominación que nunca es absoluta. Cada ser humano en su vida expresa esa pieza del rompecabezas que falta para que la totalidad social no cierre. Es el motivo por el cual desde la sociología estudiamos la creatividad, la expresividad y el modo en el cual los sujetos retoman sus sensaciones autónomamente, más allá de la resignación y los secuestros corporales.
¿Cómo intensificar entonces lo propio? Hay prácticas intersticiales que se despliegan de forma cotidiana más allá de la moral vigente. Se ubican en los quiebres de esa estructura social no cerrada totalmente. Tal vez estas sean el conjunto de prácticas más olvidadas por la sociología: la reciprocidad, el gasto festivo, el amor, el disfrute, la esperanza. Esos millones de cuerpos que están inscriptos en las tramas reproductoras de lo social que marcan la resignación, el solidarismo, el consumo imitativo, también desmienten todos los días el orden impuesto. Sin caer en el voluntarismo, los sujetos hacen y rehacen el mundo. Estas prácticas intersticiales no son acciones rebeldes necesariamente, pero destituyen el carácter cuasi sagrado del orden establecido.
¿Cómo pensar sociológicamente al amor? Considerando las múltiples maneras de expresar este estado afectivo entre diversos géneros y condiciones de sexualidad. Comprendemos al amor como un estado afectivo que conecta la relación yo, tú, otro, transformándola en una preferencia primera, en objeto de deseo y en meta principal. Es decir, analizamos lo que denominamos amor conyugal, filial y cívico cuando las relaciones con un otro se ponen delante, cuando se privilegia el lazo afectivo y este es motor para las prácticas sociales. En América latina existen ejemplos de amor filial como motor de acciones colectivas: los familiares de desaparecidos, las madres del dolor, las madres del Paco, los familiares de Cromañón (y sus homólogos en Paraguay, Perú, etc.), los familiares de las víctimas de los accidentes de tránsito o de la violencia policial... Con diversos grados de intensidad y volumen, estas prácticas intersticiales desmienten que los lazos filiales estén disueltos y degradados.
¿Y se puede pensar en esos términos las fiestas? Las fiestas y el gasto festivo son prácticas intersticiales asociadas a la felicidad, entendiendo por ello los estados afectivos-cognitivos complejos donde se concretan la libertad para el desarrollo individual y la capacidad para experimentar gratificaciones sensoriales. El gasto festivo es una desregulación de códigos impuestos e implica actos de expresividad que, como involucran exceso y desmercantilización, disparan la felicidad.
¿Pero realmente las fiestas escapan a la mercantilización? Es cierto que son un arco variado: desde las fiestas familiares (casamientos, cumpleaños, etc.) hasta la espectacularización de las fiestas populares como el carnaval. Es cierto que ahí hay gradaciones que impone el mercado. Pero no olvide: siempre hay intersticios, fisuras. Fíjese: pídale a alguien una foto de la fiesta que él considere más relevante. Y seguro elige una en la que lo que se nota es la capacidad de esos eventos afectivos de desmentir un mero disfrute auto centrado, una vida cotidiana narcisista y consumista. Hacer y pensar las fiestas es peligroso para las sensibilidades sociales dominantes, para las prácticas del sentir socializadas en torno al individualismo como imagen naturalizada de lo que se espera de las personas.
La fraternidad parece uno de los sentimientos más potentes. ¿Puede ser también colonizado? Sin duda. Imagine la disputa por el control de la distribución desigual de nutrientes (en especial entre las madres embarazadas) que deja en condiciones de secuestro a millones de niños que podrán o no tener capacidades para la acción. O la situación de millones de mujeres y niños en condiciones de esclavitud, trata, violencia. La reproducción de los mecanismos de expulsión de las pulcras ciudades de millones de personas son ejemplos de las rupturas de las fraternidades posibles. Hoy, los cuerpos y las emociones están colonizados por el mercado, pero recuerde que hay salidas posibles. Cuando digo colonizados pienso que las historias naturalizadas de la violencia de género, la discriminación de los portadores de rostros de clases segregadas horadan todos los días las posibilidades de estar en fraternidad.
¿Cómo se manifiestan los cuerpos y las emociones en las acciones colectivas? No hay acciones colectivas sin ese característico poner el cuerpo que implica el salir del círculo mágico de la seducción del poder dominante y desafiarlo. No hay acciones colectivas sin los densos compromisos emocionales que significan el mapeo cognitivo-afectivo necesario para salir del encierro de la resignación. En todo el mundo se estudia la conexión entre demandas colectivas y sensibilidades colectivas. Nosotros analizamos las acciones colectivas y el conflicto social incorporando el peso de los vectores identitários y emocionales (un ejemplo es el fuerte peso de las “formas de aguante” en el inicio de los cortes de ruta en las luchas contra el neoliberalismo). Estas prácticas tienen modificaciones históricas que muestran que el contenido cognitivo-afectivo de las acciones colectivas muestra el lugar que tienen los cuerpos y las emociones en las múltiples formas de resistencia y rebelión.
Copyright Clarín, 2011.
Señas particulares
NACIONALIDAD: ARGENTINO
ACTIVIDAD: investigador del CONICET (CEA, UNIV. NAC. DE CORDOBA). DIRECTOR DEL CIES.
Dirige el “Grupo de Estudios sobre Sociología de las Emociones y los Cuerpos”, del Inst. Germani, Fac. de Ciencias Sociales, UBA.



quinta-feira, 21 de julho de 2011

Entrevista do Prof. Mauro Koury sobre Sujeira em Recife para o Diário de Pernambuco

Entrevista por e-mail do Professor Mauro Koury (MK) dada à jornalista Isabelle Barros (IB), repórter do jornal Diário de Pernambuco – Revista Aurora, do Recife, Pernambuco, em 05 e 06 de julho de 2011. A matéria da Isabelle Barros foi editada no domingo, 17 de julho de 2011, e pode ser lida no link: www.diariodepernambuco.com.br/aurora.    

O argumento inicial da matéria e convite: reportagem com o tema "porque o recifefede?" Essa é uma sensação que se instalou entre a população de todas as classes sociais, e gostaríamos de saber como esses habitantes lidam com isso. Essa pergunta já foi tão repisada por moradores e visitantes que a cidade ganhou o apelido de ‘Recifede’, ou ‘Recifezes’. Canais fétidos, ruas insalubres, esgotos a céu aberto e fossas estouradas se naturalizaram na paisagem olfativa da população. Mas, além da esfera do humor, como essa fedentina afeta a relação da cidade com as pessoas que estão nela? Que estratégias as pessoas usam para conviver com isso?”. Vi o resultado da enquete Sujeira e Imaginário Urbano no Brasil, com dados sobre Recife, e achei que esse assunto tinha muito a ver com a matéria que estou escrevendo. Seria excelente se o senhor pudesse contribuir.

A entrevista completa:

IB -    É possível fazer um pequeno retrospecto de como a pesquisa foi criada e quais seus objetivos? A resposta dos questionários era espontânea ou estimulada?

MK - A pesquisa foi realizada no interior de uma pesquisa maior do GREM - Grupo de Pesquisa em Antropologia e Sociologia das Emoções / UFPB, que coordeno e que discute os Medos Corriqueiros e a Sociabilidade Urbana nas 27 capitais de estados brasileiros (incluindo Brasília). Muitos entrevistados para a pesquisa Medos utilizaram os termos sujo e sujeira nas narrativas sobre seus medos e receios, e os termos eram usados de uma forma muito geral, denominando desde odores ou excrementos e lixo até  conotações sobre cidadania e ética na política, e despertou o meu interesse como pesquisador para saber mais a fundo a que os termos sujo e sujeira utilizado se referia.
Assim, foram feitas duas questões em uma pesquisa tipo enquete que, junto com perguntas relacionadas com a caracterização dos entrevistados, buscavam interrogar os informantes sobre a questão específica sobre os sentidos atribuídos aos termos sujo e sujeira. As perguntas foram: o que é sujo e sujeira para você? E o que você indica como sujo e sujeira?
Esta enquete foi aplicada em seis capitais: João Pessoa, Recife, Belém, Brasília, São Paulo e Curitiba em um total de 390 questionários. 90 para São Paulo e 60 para as demais capitais.
As perguntas eram abertas e sobre ela os entrevistados tinham a liberdade de definir e narrar situações e experiências sobre o sujo e a sujeira tendo sua cidade e o Brasil como cenário. O entrevistador apenas interrogava cenários narrados não muito claros nas falas dos informantes e buscava uma precisão e compreensão de termos usados e a que se referiam, quando necessário.

IB - O fato de o Recife ser fedorento não é exclusividade da cidade, mas não consegui encontrar nenhum outro local onde comentários jocosos e apelidos estivessem lado a lado com frases revoltadas, como algumas que vi no post sobre a pesquisa: "cidade do Recife é o esgoto de Pernambuco"; "a gente pula excrementos e lixo ao andar pela cidade". Esse traço de autoironia foi encontrado em mais alguma das cidades pesquisadas?

MK - Dois pontos a esclarecer antes de responder a questão. Primeiro, o termo "recifede" é um termo jocoso cunhado e aplicado durante campanhas políticas para prefeitura e governo estadual nos finais dos anos setenta. O termo retratava o uso de falsas propagandas morais para atacar candidatos da oposição, indo até ao sequestro e simulação de fotos intima com a esposa de um candidato e um político local e situações do gênero. O termo falava de um lado ambíguo da falta de infraestrutura da cidade associado à falta de ética na política local; Segundo, a enquete sobre sujeira foi aplicada durante uma crise política vivida logo nos primeiros meses do mandato do atual prefeito João da Costa: a crise da renovação do contrato sem licitação da empresa que recolhia o lixo da cidade, rejeitada pelo tribunal de contas e que se arrastou por vários meses seguidos, vindo, logo após uma nova crise sobre o aterramento sanitário.
Assim, mais uma vez o uso ambíguo do "Recifede" foi usado em uma crítica ao acumulo de lixo por toda a cidade, e principalmente o centro e bairros dos subúrbios mais distantes, associados à crítica à política local, e especial ao prefeito João da Costa e ao embate entre João da Costa e o ex João Paulo, tendo o problema do lixo como marco de discussão e jocosidade (lembrar do boneco João Lixão, por exemplo).
Por outro lado, é verdade que os entrevistados de outras cidades também deram ênfase nas respostas de suas cidades como suja. A cidade de Belém (Pará), por exemplo, é uma delas; a de Salvador (não retratada na pesquisa é outra). Embora com críticas acirradas sobre a sujeira e o odor das cidades, o grau de jocosidade é menor, se comparado ao Recife, durante a pesquisa.
Nas demais cidades associam a falta de infraestrutura, seja na coleta do lixo, seja no tratamento do lixo, seja no esgotamento sanitário de uma forma mais direta, sem a jocosidade do recifense. Embora, no momento da pesquisa, devido à crise do lixo e ao início de uma nova gestão da cidade (vista pelos moradores como continuidade da gestão anterior) a cidade do Recife apareça com 23,3% de indicações para a questão da falta de infraestrutura urbana e sanitária na cidade, contra 6,7% em João Pessoa; 8,3% em Curitiba; 10% em São Paulo; 10% em Brasília e 11,7% em Belém. Os informantes das seis cidades que a indicaram associaram a sujeira aos problemas de saneamento básico; esgotamento sanitário; condições das vias expressas (calçadas, ruas e avenidas) em relação à sua conservação e à limpeza e depredação (buracos, calçadas quebradas, lixo sem coleta regular, canais a céu aberto que servem como escoamento dos detritos sanitários, etc.). Falam assim do DESRESPEITO AOS CIDADÃOS e associam assim a sujeira ao mau uso da administração pública local (de cada cidade), e nacional.
Outro foco de que se entende e indica por sujeira fala também da FALTA DE EDUCAÇÃO e CIDADANIA dos habitantes de cada cidade, e está presente a associação do sujo a Moral. 15% dos respondentes do Recife informaram sobre falta de higiene doméstica e os fluídos como elementos responsáveis pelo descaso da população com o público, comprometendo, inclusive, à saúde pública: caso dos escarros nas ruas, das cusparadas, do jogar lixo pelas calçadas, pelos rios e canais da cidade, do fazer necessidades fisiológicas pelos postes, muros e calçadas, são vistos como problemas públicos que tem origem no privado. Mas também associam a falta de cidadania ao declínio da educação pública e privada no país. Comparando com as demais cidades pesquisadas, os índices para essa associação sujeira moralidade, isto é, a indicação do uso público das faltas privadas, assim se coloca: 15% Recife, contra 30% João Pessoa; 15% Belém; 13,3% São Paulo; 38,3% Curitiba e 20% Brasília.
É bom frisar que a questão da sujeira é ligada às questões da pureza-impureza, e sempre indica alguma desordem (sujeira) em relação à ordem (limpeza, pureza, organização) e as respostas dos respondentes em suas narrativas falam dessa  relação, associando ao desordenamento provocado pelo sujo e aos receios por ele provocados na vida social cotidiana e na vida pessoal diária.  

IB - Qual é o balanço comparativo entre as seis cidades que participaram da pesquisa? Em que pontos o Recife se destacou?

MK - Respondida acima

IB - No post, há uma frase que me chamou a atenção: alguns “entrevistados (…) associam o viver na cidade de Recife com o viver na sujeira. Este é um problema que sempre marcou o imaginário recifense: o Recife como uma linda, porém, mal cuidada cidade”. É possível explicar isso com um pouco mais de detalhes? Desde quando esse imaginário teria surgido?

MK - A sujeira no Recife, para os entrevistados, está associada de um lado, ao desordenamento urbano e a falta de infraestrutura da cidade para suportar as intempéries, por exemplo, quando as ruas são alagadas, as águas em vez de escorrerem são jorradas para fora dos bueiros que, junto com os esgotos a céu aberto, ao lixo acumulado, ao mau cuidado das ruas e avenidas, etc.; e de outro, ao problema da falta de educação doméstica (e formal), gerando o mau uso do espaço público e colocando em perigo todos os moradores.
Como falei acima, a origem da cidade como uma cidade que fede, do "Recifede", veio em parte da associação da sujeira como falta de ética na política, coligada ao problema da infraestrutura urbana local. Por outro lado, esta associação vem adjunta a outras categorias, como a do preconceito, principalmente com a mendicância e a pobreza, visto como sujos. No caso do Recife, essa associação vem de muito tempo, desde os anos sessenta, quando Recife era um pólo aglutinador de migração dos demais estados da região Nordeste e do Norte, e cresceu, durante os anos setenta, com a migração intensa do campo para a cidade, com a modernização da agroindústria na Mata e da produção extensiva de gado no Agreste. 11,7% dos recifenses entrevistados fizeram essa associação contra 10% em João Pessoa; 6,7% em Belém; 10% em São Paulo; 6,7% em Curitiba e 11,7% em Brasília. 
Outra relação à sujeira foi feita à questão da homossexualidade. Vista como algo sujo. Em Recife, 6,7% a indicaram, contra 6,7% de João Pessoa; 13,3% de Belém; 5,6% São Paulo; 1,7% Curitiba e 5% Brasília.
Por outro lado, a questão da ética política como sujeira representa um percentual alto nas narrativas sobre sujeira entre os respondentes: 43,3% dos recifenses, contra 23,4% João Pessoa; 38,4% Belém; 21,1% São Paulo; 18,3% Curitiba e 35% Brasília. Não é prá menos que a cidade do Recife é vista como uma cidade crítica em relação à política e aos políticos. Mais uma vez, a sujeira como política, diz do jocoso "Recifede": que apontam, desde ao 'esquecimento' de promessas de campanha, comparando a prática política como de interesse pessoal e a "podridão da política", no dizer de um entrevistado; até ao descaso com o dinheiro público e a corrupção. 

IB - Na visão dos entrevistados, os culpados pela “fedentina” da cidade se dividem entre a esfera pública e a própria população. Houve alguma iniciativa de algum entrevistado em se falar de soluções?

MK - Não houve nenhuma iniciativa concreta de mostrar soluções. A grande maioria das respostas apenas apresentou indignações e, pior, desesperança.

IB – Me envie alguns dados pessoais, e muito obrigado pela gentileza de responder às questões.

MK - Sim, alguns dados pessoais: sou professor doutor em Sociologia e coordeno a base de pesquisa UFPB-CNPq intitulada Grupo de Pesquisa em Antropologia e Sociologia das Emoções (GREM) e sou docente ligado ao Departamento de Ciências Sociais e ao Programa de Pós-Graduação em Antropologia da UFPB.
Eu que agradeço!

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